Neal Shusterman
Tenía
tantas ganas de tenerlo entre mis manos que el tiempo no pasaba. Pero por fin
llegó, lo descubrí en la página de la editorial y rápidamente tuve que hacerme
con él. Es la segunda parte de Everlost:
Everwild, Páramo salvaje y eterno.
Este segundo libro continua con las aventuras del primero, en los momentos
interesantes donde nos quedamos todos los lectores, ansiando el momento de
saber si Mary y Nick continuarían siendo amigos, o si Allie y Mikey empezarían
un romance, si Mary conseguiría llevar a cabo sus planes… Y, por fin, Neal
Shusterman nos saca de dudas. Pero, eso sí, nos deja con ganas de más.
Everwild
comienza in media res. Es decir, es la continuación del primer libro, pero ha
pasado un tiempo y el autor nos va desvelando poco a poco qué es lo que ha
sucedido. Ahora, Allie ya no es simplemente Allie, sino que es la Apartada
debido a que, como ya sabemos, se enfrentó a Mary y no quiso acatar sus
órdenes. Por su parte, Nick cada vez se convierte más en una figurilla de
chocolate y Mary ha sembrado rumores horribles sobre él, como que es un ogro
muy malo… Mikey, mientras tanto, acompaña a Allie en su aventura de viajar para
descubrir si sus padres sobrevivieron al accidente de tráfico. Y Mary… Bueno,
Mary sigue con sus planes: desea atraer a ella a más niños cada vez. A lo que
ella considera sus niños, por supuesto. Pero en los planes de todos ellos habrá
sobresaltos y obstáculos, porque resulta que Allie es una secuestrapieles y se
encontrará con unos como ella, los cuales la enseñarán muchas cosas. Algunas
buenas, otras no tanto. Parece que son sus amigos y, sin embargo, Mary, con su
poder atrayente consigue que cambien de parecer… Nick, entonces, tratará de
frenar los horribles planes de su antiguo amor.
Neal
Shusterman tiene un don a la hora de relatar historias. Porque vale, escribe
muy bien y todo lo que queráis, pero es la forma en la que lo cuenta lo que
hace que todos los lectores estemos enganchados a esta trilogía. Creo que las
evoluciones que sufren los personajes son totalmente brillantes, al igual que
la tensión, que va en aumento desde el primer libro y que llega al clímax en
este segundo. Además, esta ese aire de cuento de hadas oscuro y misterioso.
Creo
que la combinación del argumento y los personajes es lo que consigue ese aura
de mundo fantástico, el cual te puedes imaginar perfectamente. Hasta ahora
—bueno, antes estaba Harry Potter,
pero ya está— ninguna otra novela juvenil me había llamado así la atención. Y
es que Neal Shusterman ha conseguido dar vida a sus personajes y causar
sentimientos hacia ellos. Estoy segura de que los lectores odian y quieren a
cada uno de ellos o que se sienten identificados. Si hay algo que me encanta es
que el autor haya decidido mantener la personalidad de unos personajes que
están muertos. Es una idea original y curiosa el pensar que, una vez morimos,
continuamos aquello que queríamos en vida y seguimos siendo iguales.
A
mi parecer, es de nuevo Mary el personaje más atrayente del libro: o la odias o
la odias. No os voy a decir por qué, queridos lectores. Pero estoy segura de
que en algún momento de Everwild sentiréis
conmiseración por ella, pero, después, desearéis que se trague sus propias
palabras y darle una patada en su trasero de niña remilgada. Hacía tiempo que
no me encontraba con un personaje de niña repelente como este. Es fascinante,
porque además, ella es una mala que piensa que lo que hace está bien y se lo
cree, apartada de lo que puedan pensar los demás.
En
cuanto a los demás personajes, todos ellos van a sufrir cambios y evoluciones
en esta segunda parte. Y, es que, al fin y al cabo, todos cambiamos de parecer
en nuestras vidas y, por qué no, en nuestras muertes. En esta segunda parte,
Mikey va a adquirir más protagonismo y, esta vez, no como el McGill, algo que
se agradece, porque los lectores tenemos ganas de saber mucho más sobre él.
Además, sus sentimientos hacia Allie son de lo más sinceros y bellos. Por fin,
Mikey quiere a alguien de forma desinteresada, cosa que, como sabemos por el
anterior libro, le devuelve cada vez más su humanidad.
Respecto
a la relación amor-odio de Nick y Mary, va a continuar en Everwild y se hace cada vez más patente. Neal ha sabido recrear los
sentimientos de ambos personajes de una forma maravillosa. A veces, el amor es
complicado porque los seres humanos lo hacemos complicado y porque anteponemos
nuestros deseos a los de la otra persona y no sabemos comprenderla. Es eso lo
que les sucede a Mary y Nick, que ni por un momento se detienen a pensar en
cómo se sentirá el otro o por qué su postura es diferente.
Por
supuesto, aparecerán otros personajes, pero prefiero que seáis vosotros los que
los descubráis y decidáis vuestra opinión hacia ellos.
De
nuevo, Neal Shusterman ha creado un mundo original —y, en este caso, no estoy
usando esta palabra en vano y sí, es una muy buena cualidad—, un mundo hermoso
pero, al mismo tiempo, que pueda resultar terrorífico y, sobre todo, muy
misterioso. Estoy segura de que los lectores que disfrutaron con Everlost están deseando leer Everwild y, para aquellos que todavía no
han leído la primera parte, debéis hacerlo. No es una orden, es un consejo de
una lectora empedernida que ha leído mucho y que poco se sorprende ya. Sin embargo,
Shusterman ha sabido cómo atraerme. Es una novela juvenil pero también es mucho
más. Es la historia de unas almas que están perdidas y que quieren realizar sus
sueños. Y no importa que sea en otro mundo, en aquel al que van los niños
cuando mueren y no han alcanzado la luz.
Elena Montagud
Título: Everwild
Autor: Neal Shusterman
Traducción: Adolfo Muñoz
Editorial: Anaya
Págs: 487
Precio: 15 €
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