29 diciembre, 2011

¿A qué esperas para fracasar? – Ricardo Cortines


"Ni el poder, ni el dinero, ni la religión, ni el amor... Lo que mueve el mundo es el fracaso", Ricardo Cortines. 

El autor 

Ricardo Cortines es un emprendedor nato, un hombre de negocios venido del Derecho cuya principal cualidad es su capacidad para analizar la realidad que le rodea. Tras sorprendernos con su primer libro, "Los osos ya no comen salmón", donde nos hizo ver que las cosas no son como nos las venden, esta vez nos presenta un libro en torno al fracaso, del que es ferviente defensor.
Ricardo Cortines es asimismo miembro de LID Conferenciantes (rco@lidconferenciantes.com) como especialista en gestión del fracaso, dirección de empresas, emprendedores y creación de empresas, liderazgo, motivación y networking. 

La obra 
Cuando Arquímedes se percató de que todo cuerpo sumergido en un líquido recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del líquido que desaloja, el gran matemático griego no sólo descubrió el famoso principio que hoy lleva su nombre, sino que hizo otros dos extraordinarios hallazgos:
    Descubrió cómo se descubren las cosas. Al encontrar lo que perseguía donde nunca hubiera imaginado, al llegar a su destino recorriendo un camino que parecía conducir a otro lugar, Arquímedes descubrió que cada cosa que hacemos deja siempre algo al descubierto y que los caminos que nos conducen a nuestro destino no están trazados.
    Descubrió la fórmula del fracaso. Arquímedes constató que, cuando algo se hunde, sale inmediatamente disparado hacia arriba y que, cuanto más se hunde, más disparado sale y más arriba llega. En otras palabras, Arquímedes demostró científicamente que los fracasos nos impulsan.
"¿A qué esperas para fracasar?" destroza el mito del fracaso como una experiencia trágica que debemos evitar por todos los medios y que estigmatiza a quien la sufre. Muy al contrario, el libro es una invitación en toda regla a descubrir el fracaso y a experimentar sin miedo al desenlace.
La obra se estructura en 4 partes. La primera lleva por título «Las reglas del juego» y en ella se habla de la suerte, de las probabilidades, de la casualidad, de la superstición... de todo lo que forma parte del juego de la vida. ¿Piensas que tener suerte es deseable? A lo mejor te llevas una sorpresa.
En la segunda parte, titulada «Llamando a las cosas por su nombre», se expone la teoría oficial sobre el fracaso y se ponen de manifiesto todas sus "mentiras" - por ejemplo, que de los errores se aprende y que el fracaso minusvalora -.
La tercera parte, titulada «El juego sucio», se centra en la zona oscura del juego (los tramposos, los jugadores sin escrúpulos…). El lector descubrirá aquí que el gran enemigo no es el fracaso, sino los demás.
En la última parte, «Cómo convertir el fracaso en éxito», se explica, partiendo de una moneda, cómo convertir la cruz en cara (el fracaso en éxito), cómo cambiar la realidad alterando nuestra perspectiva de la misma y cómo conducirse en la vida para alcanzar el éxito. El lector descubrirá los seis beneficios del fracaso y aprenderá que para tener éxito cada persona debe encontrar su "fracaso admisible". 

Apuntes 

«No debemos confundir éxito y suerte. El éxito es deseable. La suerte, no. Cuanto más espacio dejemos a la suerte, menos opciones de éxito tendremos».
«No aprendemos del error, sino del fracaso y cuanto mayor es el fracaso más posibilidades hay de que aprendamos la lección».
«Los que ocultan sus fracasos es porque no tienen que enseñar».
«Las cosas no salen conforme a nuestra voluntad, sino conforme a nuestra capacidad para traducir a la práctica esa voluntad».
"El éxito no está en nuestra naturaleza. El fracaso, sí. Por eso el éxito no dice nada de nosotros y en cambio el fracaso lo dice todo".
"Mi mayor necesidad es la necesidad de aprender y no conozco otra manera de satisfacerla que fracasando".
"El fracaso es la madre de todas las lecciones, la única licenciatura de la que uno sale convenientemente preparado para triunfar". 

Ricardo Cortines

27 diciembre, 2011

La ciudad más hermosa del mundo en la escala Richter de la melancolía – Pablo Krantz


Este post fue enviado por Olga Baladoch, de Asimêtrica Editorial, a opiniondelibros@gmail.com. Muchas gracias Olga.
La antología de narraciones que nos ofrece Pablo Krantz transita entre la melancolía y la magia; entre la grave y colorida Argentina y la fría y arisca Europa. Un repertorio de relatos variados en los que el humor, la ironía, la nostalgia, el desencanto y la esperanza forman el equipaje de unos personajes en constante migración física, temporal o espiritual. Un inventario de antihéroes reconocibles en lucha contra sus dificultades, reales no, pasadas o presentes, y en búsqueda constante de un futuro que pueda, sino colmar, sí calmar sus más íntimos anhelos.
Esta recopilación se construye alrededor de cuatro ejes principales: el amor (junto a su compañero inseparable el desamor, como en «El santo cleptómano y la chica de la vagina dorada»), el exilio, la política y el rock (que se mezcla con la literatura, tema central de «Mi padre era un oficial nazi»).
En el primer cuento del libro, «Estación fantasma», el autor nos narra la historia de una relación amorosa que no tiene buen final, a la vez que nos brinda una mirada certera sobre las desazones de un exiliado latinoamericano en Europa.
«Mis experiencias en el mundo de la subversión» es un relato donde se conecta la política y el rock, contándonos las desventuras de un joven after punk porteño arrestado por supuestas maquinaciones subversivas a fines de los años ochenta.
La política sigue presente en «La larga siesta del señor Gregorio Funes», cuento de tono costumbrista que nos presenta una pequeña saga de valentías y cobardías bajo una dictadura militar en que la represión policial resulta la normalidad. Más política y sus consecuencias encontramos en «El cuarto que se expandía», una suerte de racconto en tono de farsa de la situación argentina a finales de los años noventa, esa burbuja de bienestar y crecimiento postizo que terminó estallando en el 2001. Luego, «Jueves 20 de diciembre» se ocupa de contarnos justamente, a manera de crónica, ese violento estallido o final de fiesta que empujó a miles y miles de argentinos al exilio. Relatos como «Ciclos migratorios» y «París lado B» llegan entonces para exponernos los brutales sinsabores del exilio, en una Fortaleza Europa en la que la temporada de caza de inmigrantes ha comenzado hace tiempo.
Finalmente, en el último cuento del libro, la música vuelve a ser la protagonista, con el cuento fantástico «Paul is dead», donde el personaje principal posee la extraña habilidad de predecir en sueños la muerte de las estrellas del rock.
Muchas gracias Olga.
¡Saludos!
    

19 diciembre, 2011

La travesía – David López


Este post fue enviado por Ariodante a opiniondelibros@gmail.com. Muchas gracias Ariodante, como siempre.
Aunque la edición del libro, muy atractiva, invita a su lectura, y su título corresponde a lo que realmente se nos va a contar: una travesía, principalmente marítima, aunque también terrestre, queda una cierta connotación implícita que puede confundir al lector. La figura de un barco velero y una vaga imagen de los rasgos simiescos del viejo Charles Darwin sugieren que la travesía que nos van a narrar es la del famoso naturalista. Y efectivamente, los lectores vamos a viajar con Darwin en el Beagle. Pero no sólo con él.
El autor, el biólogo David López Hernández, si bien toma como base ese viaje, el segundo realizado por el bergantín Beagle, con Darwin como investigador científico agregado, no sólo nos relata las andanzas y aventuras de un gran número de personajes reales y ficticios, pertenecientes a la tripulación del barco y a las poblaciones por donde pasan; incluso los personajes de ficción introducidos tejen una trama ajena a la expedición, insertando de ese modo otras travesías emocionales e incluso introspectivas y partes históricas sobre la América austral, que la misión de los oficiales del Beagle es cartografiar y estudiar, principalmente. Hay varias travesías en esta obra, insertadas como muñecas rusas, unas dentro de otras.
No hay un único protagonista, sino varios, así como no hay una única travesía: tanto el capitán Fitzroy; el contador Rowlett; el joven Darwin; sus ayudantes respectivos Dring y Covington; los distintos oficiales; el ayudante de cirujano Bynoe, los mellizos Ryan, recogidos en Devonport; incluso los tres fueguinos destinados a ser devueltos a su país tras una temporada civilizándose en Inglaterra. Todos tienen su viaje, unas veces físico, otras, vital. El personaje femenino de Angélica se introduce mediante una serie de cartas dirigidas a Rowlett, por medio de estas epístolas se nos reporta acerca de la sociedad y la política chilenas del momento, y enlaza a su vez con el personaje del ayudante del contador, J.E.Dring, que paulatinamente va adquiriendo un protagonismo mayor a lo largo de la narración, siendo de hecho uno de los ejes sobre los que va girando la novela.
Contada en tercera persona en su mayor parte, permite al narrador una descripción ampliamente coral, pero le dificulta profundizar psicológicamente en los personajes; tal es la cantidad de nombres que se nos presentan, que hubiera sido recomendable adjuntar un listado con la posición de cada personaje en el barco, para ayudar a la memoria del lector a ubicar a cada uno sin necesidad de volver páginas atrás. Sin embargo, sí hay una parte, a mi juicio la más atrayente, que se narra a modo de diario y que supone una travesía más: la lenta huida de Joe y Angélica atravesando los Andes y la Pampa. La otra travesía, la de James, contada con una muy acertada terminología marinera y un buen ritmo de acción, es breve pero muy bien llevada. Y el viaje base del Beagle, que continúa su periplo alrededor del mundo, completa la circunferencia volviendo casi al punto de origen y haciendo confluir las distintas trayectorias en una, con resultados sorprendentes.
En general, la lectura de esta novela es amena y el estilo correcto, aunque tenga algunos tramos mejorables; la primera parte discurre, quizás, algo lentamente de más. El personaje de Darwin está fundido con el resto de la tripulación, al contrario de lo que en un primer momento podríamos esperar. Es ésta una narración múltiple, una travesía de travesía, en la que hay aventuras y dramas, búsquedas y encuentros, propósitos y casualidades, azar y necesidad.
Biólogo y escritor español, David López Hernández (Langreo, 1978) combina su carrera literaria con su trabajo de laboratorio para la Administración Pública.  Además de varios relatos publicados, López Hernández ha recibido premios como el Novela Corta de Vademembra o el Premio Jaén de Novela gracias a El crimen de los Monegros, una gran incursión en la novela negra.
Muchas gracias Ariodante.
¡Saludos!

16 diciembre, 2011

Sin noticias de Acuario – Reyes García-Doncel


Este post fue enviado por Cristina Durán Suárez a opiniondelibros@gmail.com. Muchas gracias Cristina, como siempre.
"Sin noticias de Acuario" narra la historia de una adolescente, Isabel, dentro de una secta basada en filosofías orientales. Además de la doctrina de la organización, la novela nos muestra la eclosión del movimiento hippie y las drogas alucinógenas, la lucha política de los partidos clandestinos en la Universidad y la imperante ideología franquista que impregna la sociedad española en los años 73-75.
Nuestra adolescente va descubriendo que todos los que la rodean viven sumidos en un autoengaño: su católico padre cree que controla la familia; el franquismo, que lo tiene todo bien atado; los partidos políticos, que la revolución es inminente; y los seguidores del Gurú, que la bomba de paz estallará muy pronto… Ilusiones que conviven más o menos cerca de la realidad, falsedades y disfraces que ella va a ir descubriendo y arrancándose en un proceso doloroso hasta conseguir su propia identidad.
Aunque la autora, a través de los ojos de Isabel, no realiza un juicio de valor sobre estos años, el lector inevitablemente sí lo hará, y puede que esboce una sonrisa benévola ante la ingenuidad de todos aquellos grandes ideales que ahí quedan, como una muestra de lo que fuimos.
"Sin noticias de Acuario", de Reyes García-Doncel. Quienes vivieron el final del franquismo y el comienzo de la democracia revivirán las ilusiones (en el doble sentido de esperanzas y de engaños) que protagonizan este libro, que recrea aquella época con humor e inteligencia.
Muchas gracias Cristina.
¡Saludos!

13 diciembre, 2011

El códice purpúreo – Herminia Luque Ortiz


Este post fue enviado por Cristina Durán Suárez, de Editorial MAD, a opiniondelibros@gmail.com. Muchas gracias Cristina. 
¿Qué puede llevar a una joven a privarse de alimento hasta la muerte? 
En el siglo IV d. C. las causas no pueden ser sino de índole religiosa. Veremos así cómo Ávita, la joven fallecida, es considerada una mártir y su tumba va a ser convertida en un lugar de culto. 
Pero las cosas no son nunca sencillas. Ni Ávita es una jovencita crédula ni su madre, Honoria, se verá libre de asechanzas. A través de las cartas que se intercambian los diversos personajes de la novela, asistiremos a la reconstrucción de los últimos meses de vida de la joven y los sólidos nudos de intereses tejidos en torno a ella. 
En esta novela se recogen ecos de los mejores epistológrafos del siglo IV (Sinesio de Cirene, Ausonio, San Jerónimo) así como de la patrística, la lírica y hasta la epigrafía de la época. Un siglo crucial en el que el triunfo del cristianismo va acompañado de un cambio trascendental en la cultura: el del rollo de papiro, que es sustituido por el códice de pergamino. 
El códice adquiere en este texto una dimensión simbólica, encarnándose –literalmente– para traer ante nuestros ojos una época no tan diferente a la nuestra como pudiera pensarse. 
Muchas gracias Cristina y a Editorial MAD por siempre contribuir con nuestro pequeño sitio. 
¡Saludos!

07 diciembre, 2011

Uno se acostumbra – Arnoldo Rosas

Este post fue elaborado por Ediciones Oblicuas y enviado por Arnoldo Rosas a opiniondelibros@gmail.com. Muchas gracias Arnoldo por tu contribución.

EDICIONES OBLICUAS tiene el placer de presentarles esta sorprendente narración del escritor venezolano Arnoldo Rosas. "Uno se acostumbra" es una novela que juega con las identidades de los personajes a través del propio juego del protagonista: imaginar los nombres y las vidas de los otros al contemplarlos en situaciones cotidianas. Una excelente ocasión para dar a conocer en España la obra de este escritor hispanoamericano.

Uno se acostumbra

Antonio Martínez es un hombre de negocios, de mediana edad, solitario, que entre viaje y viaje fantasea con la posibilidad de ser otro, de tener otras experiencias. Acostumbra a imaginar los nombres de las personas que contempla en los aeropuertos y a construir a su alrededor unas vidas que podrían ser perfectamente la suya. ¿Pero cuál es su verdadera vida?

Arnoldo Rosas realiza un excelente ejercicio narrativo a lo largo de esta desconcertante e irónica narración mediante el cual implica al lector en el propio texto. Exige su participación para acabar de tejer la urdimbre de identidades ambivalentes que se desarrolla en ella: una trama que no hace más que reflejar las angustias y emociones de unos personajes que son incapaces de sostenerse a sí mismos.

Muchas gracias Arnoldo.

¡Saludos!

05 diciembre, 2011

El peregrinaje de Rubén – Guadalupe Eichelbaum

Este post fue elaborado por Pablo Aranda para la Revista Mercurio, y nos fue enviado a opiniondelibros@gmail.com por Guadalupe Eichelbaum. Muchas gracias Guadalupe.

Una mujer se acomoda en una esquina cuando sus hijos duermen, aparta papeles de la mesa y enciende el ordenador. La luz que irradia la pantalla se refleja en su cara. Durante una hora ha conseguido espacio, y claridad, para continuar su segunda novela. La mujer no se conformará con una impresión encuadernada de la novela para repartirla entre familiares y amigos. Esta vez no, ya descansan en un cajón los folios cosidos de su primera novela.

No es cierto que para escribir sólo sea necesario poseer un ordenador y tiempo. Aunque a veces nos topamos con novelas que parecen confirmarlo, novelas que incluso han sido probablemente publicadas por grandes editoriales. Pero escribir supone un trabajo previo, invisible, noches en las que la idea que nos vino una tarde va creciendo, buscando nuevos espacios entre los pliegues de nuestro cerebro.

Hasta que un día la insistencia se convierte en obsesión y tal vez anotamos un par de frases en la libreta que solemos olvidar en la mesilla de noche, una libreta que nos resultará insuficiente para plasmar esa urgencia que posee ya demasiadas ramificaciones. Tenemos la idea de encontrar el tono, quizá después la estructura.

Entraremos así en una suerte de trance, viviremos rodeados de una nebulosa de personajes que se cruzan hasta que concluyamos la novela. Y la contrariedad necesaria de volver al principio para corregir. Y terminar de corregir y darle otra vuelta. Ver lo que sobra, lo que falta, aceptar que lo que borramos lo perdemos para siempre, pero que es mejor así, que la novela gana con la pérdida.

La mujer da por finalizada la novela pero no se conforma con la posibilidad de que sólo la lean aquellos que la rodean. En las solapas de los libros que pueblan sus estanterías encuentra direcciones de editoriales. De las páginas de algunas revistas, de furtivas conexiones a internet, obtendrá direcciones de improbables concursos literarios. Entrará entonces en una vorágine de impresiones sucesivas de la novela, encuadernaciones, envíos por correo. Y la lenta espera de alguna respuesta. Porque el escritor, a menudo, no tiene quien le escriba.

Guadalupe Eichelbaum se puso en contacto conmigo a través de un amigo común. Me explicó algo similar a lo contenido en los párrafos anteriores, algo por lo que yo también he pasado. En el rincón de un bar cercano a la estación, junto a una mesa done dos prostitutas terminaban el bocadillo que les ayudaría a afrontar su noche extensa (digo esto porque, además de ser verdad, da un toque muy literario, ¿a que sí?), en ese bar me dejó su segunda novela: "El peregrinaje de Rubén".

Guadalupe Eichelbaum ha conseguido que la editorial Alhulia de Salobreña le publique su novela. De la revista Mercurio me piden que la reseñe en sus páginas (esta vez sin bares ni prostitutas acabándose sus bocadillos).

Parece que se cierra el círculo, uno al menos. El peregrinaje de una escritora. De una novela cercana.

Muchas gracias Guadalupe.

¡Saludos!

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...