10 septiembre, 2010

Ángeles fugaces – Tracy Chevalier

Este post fue enviado por Carmen Forján a gclibros@yahoo.com. Muchas gracias por tu contribución Carmen.

Esta obra es la primera que leo de la autora, Tracy Chevalier, por lo que no puedo comparar con su restantes trabajos. He de reconocer que al principio me resultó un poco lenta y falta de acción, problema que apenas se solucionó a lo largo de todo la novela. Sin embargo, algo en el libro hacía que siguiese leyendo, y ese algo eran los personajes: te vas haciendo con ellos, están bien retratados y acabas conociéndolos bastante bien, en parte gracias a la técnica de Chevalier de darle voz a cada uno de ellos; así es, la historia es contada en primera persona por cada uno de los personajes principales que se van alternando de forma ágil y amena.

La historia en sí es bien sencilla. Dos familias se conocen en un cementerio, al tener las tumbas cercanas, y sus hijas entablan una relación de amistad. Poco después se convierten en vecinas y esta amistad se intensifica; las familias por lo tanto acaban teniendo cierta relación aunque son totalmente diferentes. La familia Coleman está formada por Richard, Kitty y la hija de ambos Maude. Está también Edith Coleman, madre viuda de Richard, que no vive con ellos. Los Waterhouse son Alfred y Gertrude con sus hijas Lavinia y Ivy May. Personajes que también intervienen de modo directo son Jenny y la señora Baker, que trabajan en la casa de los Coleman, y Simon Field, hijo del sepulturero y que traba amistad con Maude y Lavinia.

Kitty es una mujer evidentemente insatisfecha con el estilo de vida de clase alta que lleva, lo que le hará ir buscando algo a lo que asirse. Sus decisiones afectarán al resto de la familia e incluso a los Waterhouse. Acaba formando parte del grupo sufragista; y ésta es una de las partes de la historia que menos me gusta. No por el hecho de que la protagonista pertenezca a este grupo sino, todo lo contrario, porque en la obra la autora refleja este mundo de la lucha por el sufragio femenino de forma muy negativa: el movimiento sufragista casi se erige como causante final de las desgracias que suceden. Y, conociendo la historia de estas mujeres y lo que han hecho por los derechos humanos, creo que se merecían otro enfoque.

Es importante recordar que la novela no se desarrolla, como a veces he oído decir, en la época victoriana; la acción comienza el día después de la muerte de la reina Victoria y concluye con el fallecimiento de Eduardo VII, nueve años después, y la ascensión al trono de Jorge V. Se sitúa por tanto en el período Eduardiano, un período de transición.... y esta transición se percibe claramente en las dos familias que al comienzo del libro tienen posturas diametralmente opuestas y con el paso de los años y las circunstancias vividas van acercando posturas.

Muchas gracias Carmen.

¡Saludos!

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